A principios de mayo de 2018 fuimos los primeros alemanes en afrontar el Desafío Patanegra. A diferencia de los "finishers" deportivamente ambiciosos, dividimos la ruta (unos 120 km incluyendo pequeños desvíos) en siete etapas de entre 10 y 22 km por día. De este modo tuvimos mucho tiempo para disfrutar de la ruta y del paisaje, tomar fotografías en el camino, estudiar plantas y descubrir una fauna parcialmente desconocida. Aprendimos que el Desafío Patanegra no puede ser solamente un desafío atlético, sino también una ruta de senderismo apta para disfrutar tranquilamente de un hermoso paisaje montañoso que obviamente está en equilibrio ecológico.
A principios de mayo de 2018 fuimos los primeros alemanes en afrontar el Desafío Patanegra. A diferencia de los "finishers" deportivamente ambiciosos, dividimos la ruta (unos 120 km incluyendo pequeños desvíos) en siete etapas de entre 10 y 22 km por día. De este modo tuvimos mucho tiempo para disfrutar de la ruta y del paisaje, tomar fotografías en el camino, estudiar plantas y descubrir una fauna parcialmente desconocida. Aprendimos que el Desafío Patanegra no puede ser solamente un desafío atlético, sino también una ruta de senderismo apta para disfrutar tranquilamente de un hermoso paisaje montañoso que obviamente está en equilibrio ecológico.
Nos sorprendió especialmente la abundancia y la diversidad de la naturaleza. En contraste con su entorno, la Sierra de Aracena está de hecho relativamente densamente poblada y utilizada para la agricultura, y los pueblos de la Sierra no distan mucho el uno del otro. Sin embargo, uno deambula casi siempre a través de una naturaleza magnífica y sin trechos largos por las localidades. Esto se debe a una ruta muy bien diseñada que evita casi por completo tanto secciones de la carretera como pasajes largos por las localidades y que une todos los puntos destacados de la Sierra pasando por paisajes muy diferentes. Otra sorpresa grata fue la excelente atención brindada por Juan Antonio Jara, el iniciador del Desafío Patanegra, quien no sólo nos proporcionó una buena introducción a la ruta en la víspera de nuestra salida, sino también mantuvo el contacto con nosotros durante toda la caminata para dar consejos y responder a preguntas. Aparte del castellano habla un inglés muy bueno.
La Sierra de Aracena no sólo ofrece una naturaleza muy hermosa y pequeños pueblos muy agradables, sino también placeres físicos: muy buena comida. Nos gustaron especialmente los productos del cerdo ibérico (no sólo el legendario jamón), la variedad de excelentes tortillas con setas de la Sierra y la migas tradicionales de los pastores. Nos gustaron también los alojamientos que habíamos reservado. Algunos fueron excelentes.
Para senderistas experimentados como nosotros (con experiencia en el Camino de Santiago y otras caminatas largas), el Desafío Patanegra no es difícil de manejar, incluso a una edad avanzada (tenemos entre 68 y 70 años) e incluso si (como nosotros) no se hace uso de la posibilidad ofrecida de transporte de equipaje. El perfil de ruta mostrada en la página web parece muy exigente a primera vista. Pero esto es solo un efecto de escala: de hecho, todos los ascensos y descensos son bastante moderados. Nunca hay más de 300 metros desnivel a superar de una vez. La orientación con el dispositivo GPS provisto es fácil, incluso sin experiencia previa del GPS, una vez que uno se haya adoptado la lógica del GPS.
Ya en el camino estábamos tan entusiasmados con la caminata, que nos preguntábamos una y otra vez, ¿a quién de nuestros amigos podemos recomendar esta experiencia? Si eres un entusiasta del senderismo y hablas un poco de castellano (ya que no llegarás muy lejos en los pueblos con otros idiomas), disfrutarás del Desafío Patanegra tanto como lo hicimos nosotros.
Gaby Heine, Michael Heine y Bernd Reissert (Berlín, Alemania)